lunes, 4 de febrero de 2013

EN VALDEFERRUELO

Esta historia está publicada en mi primer libro "CUENTA, CUENTA... Más que historias",CCS, Madrid, 2011,3ª edic. páginas 20-23 con el título "En la madriguera del zorro".

Ahora he preferido cambiar el título como pequeño homenaje a los nombres de los campos de mi pueblo, pues compruebo con pena que algunos jóvenes paisanos ya no los conocen.

Ya he dicho que me gustaba mucho ir al campo con los mayores. El día que cumplí siete años (1 de Mayo de 1959) conseguí dejar la escuela y acompañar a mi madre con las ovejas. Nos acompañaban un rebaño de unas 260 ovejas y tres perros: la "Kika" y su hermano el "Moro", que eran imprescindibles en el control del rebaño por ser perros tornadores [1] muy bien entrenados, y el "Pinche", que no le gustaba nada trabajar. Al "Pinche" le gustaban más bien las aventuras y la vida libre como a mí.Valdeferruelo es un valle muy cerrado: con mucha espesura de robles, urces [2], estepas [3] y torviscos, etc. Nada más entrar en él, los perros empezaron a carpiar [4]. Yo comencé a correr siguiendo los ladridos, pero éstos cambiaban de dirección continuamente.
- ¡Mira, es un raposo [5]! -Dijo mi madre.
Yo miraba, corría, escuchaba y no veía nada, solo el bosque. Los gritos del "Pinche" me llevaron hasta una cabuerca [6]. Llegué corriendo y fatigado. Allí me encontré con él, que con mucha rabia ladraba y escarbaba a la puerta de una madriguera. Al verme se alegró muchísimo, se envalentonó y decidió meterse por el agujero. Pero no cabía. Venía hacia mí; volvía al agujero. Yo entendí que me decía:
El año pasado durante las vacaciones en Antoñán,
 visité la cabuerca de Vadeferruelo
 y allí me encontré varias madrigueras como ésta.
- ¡Vamos, tío, échame una mano! ¡Ahí dentro hay un zorro riéndose de ti y de mí! ¡Nosotros somos dos, mayores y amigos! ¡Es nuestro, colega!
Me daba un poco de miedo, la verdad, pero las prisas y euforia del "Pinche" no me dieron tiempo a pensarlo. Me decidí a meterme yo en la madriguera en busca del zorro burlón y aprovechado:
- ¡Allá voy! ¡De cabeza!
Nada más meterme, ya me di cuenta de dos cosas: de que allí olía muy mal y de que el agujero, en lugar de seguir horizontal, como se esperaba, estaba muy inclinado hacia abajo. Así era más fácil meterse. Bastaba dejarse caer y con la arena suelta del suelo y las paredes bien lisas de los lados y el techo ¡no había freno! Yo frené bien pronto porque el corazón se aceleraba y la oscuridad trajo el miedo.
Me quedé totalmente inmóvil para ver si oía al zorro que suponía debía estar a dos palmos de mis narices. No se oía nada más que el palpitar de la sangre.
Entonces decidí salir. ¡Salir! ¿Cómo?
No tenía nada en qué agarrarme. Culebreaba con todo el cuerpo, pero lo único que conseguía era caer más dentro. Me escocían los codos, rozados por las paredes de la madriguera. Y comencé a llorar. Las lágrimas formaban barro al mezclarse con el polvo. Casi no podía respirar.
¡Aquello era el final!
Descansaba un poco. Cogía aire y fuerzas y volvía a intentarlo de nuevo.
¡Nada!
Así una y otra vez. No sé el tiempo que estuve en esa situación. A mí me parecieron varias horas. Gritaba, lloraba, jadeaba.
En un momento de total desánimo me pareció que me picaba todo el cuerpo. Quise rascarme y ¡hala! otros tres centímetros más adentro. ¡La desesperación!
¿Por qué no le habré hecho caso a mi padre: "cuando empieces algo tienes que saber cómo terminarlo. Cuando entres tienes que saber cómo salir" -me había dicho cuando me subí al cerezo.
Y le eché la culpa al perro "Pinche":
-¡Pero, qué contento estará ahí afuera ese perro tonto! Si salgo de esta nunca más le haré caso y será para mí el más estúpido y más bobo de los perros.
Estaba en estas cuando oí que ladraba desde fuera, a mis pies.
-¿Será que viene otro zorro? ¿Será que algún perro extraño viene a luchar contra él y a morderme a mí?
Y aquí sucedió lo bueno: noté que mordía con cuidado mis alpargatas y que empezaba como a escarbar entre mis pies. Luego me enganchó por los bajos del pantalón y comenzó a tirar de mí. Yo, al notar que tenía ayuda, me animé muchísimo y multipliqué el esfuerzo. Clavaba los codos en el suelo y reculaba con todo el cuerpo.
-¡Vamos, "Pinche", sácame de aquí y te prometo que hoy te doy toda mi merienda!
¡Qué alegría y qué ánimo al notar que caminaba unos centímetros para atrás! "Pinche" seguía tirando cada vez más fuerte y animado.
¡Y al final me vi fuera!
El perro se puso como loco de alegría. Se subía sobre mí para lamerme la cara, salía corriendo, hacía círculos alrededor de mí y, ¡zas! subía de nuevo sus patas delanteras en mis hombros. Lo celebró haciendo el chulo hasta que se cansó. Yo miraba la sangre de las raspaduras de mis codos y rodillas. Y entonces fue cuando descubrí la causa de mis picores: ¡estaba lleno de pulgas!
Rápidamente me desnudé por completo -solo me vio "Pinche"- y comencé a sacudir con fuerza cada prenda.
Después de una media hora de correr, alcancé al rebaño y a mi madre que estaban llegando a la Témpana [7]. Ella, nerviosa por mi prolongada ausencia, me echó una buena regañina. Estuvimos todo el día quitándome pulgas.
A la hora de comer llegamos a la Fuente de la Matatuerta y allí hicimos una buena hoguera en la calentamos piedras grandes y alisadas y sobre las que poníamos a asar lonchas de tocino: ¡una delicia!
-¡Deja de darle tu comida al perro! -dijo mi madre.
Desde aquel día mi amistad con el "Pinche" se acrecentó de tal manera que nos entendíamos con la mirada, sin hablarnos.



[1] Tornadores: Perros adiestrados especialmente para obedecer al pastor en el manejo y control de un rebaño de ovejas.

[2] Urces: Brezos

[3] Estepa: Tipo de jara.

[4] Carpiar: Ladridos rítmicos que hacen los perros cuando persiguen a una pieza de caza que no pueden alcanzar.

[5] Raposo: Zorro

[6] Cabuerca: Cárcava, hoya o zanja grande hecha por la erosión de aguas torrenciales.

[7] Témpana: Topónimo de Antoñán del Valle (León), España

3 comentarios:

  1. Sin duda los animales más fieles al ser humano

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  2. Me han dado ganas de volver a leerme tu libro.

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  3. La primera vez que oí esta historia, fue cuando nos la leíste en una velada de Navidad en Parla :)

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