Hace unos días me llamó un colega sacerdote en California y me comentó que desde hace unas semanas están notando una mayor afluencia de gente a sus iglesias. También me dijo que lo habían hablado varios sacerdotes y que calculaban en varios miles -o millones?- los que han "vuelto" en todo el país.
El sábado 23 de marzo me sorprendió que la hora que tenía asignada en el horario parroquial para confesiones, se me alargara dos horas por la afluencia de "clientes". Y me sorprendió más porque, por lo menos cuatro personas adultas, me dijeron que era la segunda o tercera vez que se confesaban ¡después de la Primera Comunión! y en algún caso eso había sucedido hace más de ochenta años.
El Domingo de Ramos notamos mucha afluencia de gente en las seis misas que tenemos en la parroquia, incluso en la de lengua inglesa que suele ser más estable. En todas había un considerable grupo de personas que no conocíamos o no nos sonaban sus caras.
El lunes se notó al contar el dinero de los cestillos...
El martes de nuevo tenía asignado en el horario una hora de disponibilidad para confesiones. Estuve confesando desde las cinco de la tarde hasta las nueve de la noche. En algún momento estuvieron echándome una mano otros dos sacerdotes. Y otra vez me sorprendieron los que venían después de mucho tiempo. Hubo unos diez (no los conté) que se confesaban por primera vez en su vida.
Hoy miércoles, siguiendo una orientación de nuestro señor obispo para el tiempo de Cuaresma, hemos vuelto a ponernos a disposición para oír a la gente con calma. Son las diez de la noche y termino de salir de la iglesia. Entré a las siete y cuarto. ¡También he tenido a varias personas que llevaban largo tiempo sin venir a la iglesia!
Claro, es la primera Semana Santa que yo paso en este lugar y por tanto no puedo saber si esto está dentro de lo normal o no por estas fechas.
Pero...
¡Quizás está pasando algo!¿O sólo me lo parece a mí?